
Con las nuevas exigencias del reglamento WRC, el Fiesta era el modelo más adecuado para afrontar las trece citas que componen este año el calendario. Su efectividad queda fuera de toda duda viendo sus resultados entre los Súper 2000 en la temporada pasada. El nuevo WRC de Ford hereda, pues, todo el planteamiento en cuanto a comportamiento de su primo S2000, con la salvedad del propulsor que impulsará al conjunto, en este caso un 1.6 turbo, y sin diferencial central, al contrario que los coches que competían en la categoría reina la anterior temporada.

En palabras del director de Ford Motorsport Europa, Gerard Quinn, el equipo está preparado y afrontará 2011 con un claro objetivo: la victoria. “Será una temporada magnífica para nosotros”, afirma Quinn. “No sólo tenemos un coche nuevo sino que lo hemos puesto a punto tal y como queríamos, por lo que empezaremos en Suecia competitivos. Nuestro objetivo principal es ganar el campeonato pero a su vez con grandes victorias. En 2010 luchamos al límite de nuestras fuerzas, disputamos buenos rallyes pero no es suficiente; debemos volver a ganar campeonatos”.